La caza del bosón de Higgs en el acelerador LHC entra en su etapa decisiva
MÓNICA SALOMONE – “Estamos entrando en el año de oro para la búsqueda del Higgs, y en los próximos meses podríamos tener novedades importantes”, ha comentado en la revista Nature Guido Tonelli, uno de los portavoces de los experimentos que buscan el bosón de Higgs, la única partícula que falta para apuntalar la teoría más completa y ambiciosa de los físicos, el llamado Modelo Estándar. Tonelli transmite así la sensación de suspense que estos meses comparten los físicos en todo el mundo.
El acelerador de partículas LHC -siglas en inglés de Gran Colisionador de Hadrones- en el CERN, cerca de Ginebra, acaba de concluir su segundo año de operaciones. Durante los próximos meses los físicos analizarán los datos, y en marzo de 2012 el acelerador comenzará a operar de nuevo.
En el LHC se investiga la estructura de la materia a las escalas más pequeñas a base de hacer chocar partículas elementales, en concreto protones, a velocidades próximas a las de la luz. Durante la colisión la energía de las partículas se convierte en materia, y se generan así nuevas partículas que sólo existen fugazmente en esas condiciones de altísima energía –equiparables a las que se dieron poco después del origen del universo, de ahí la metáfora habitual de que en los aceleradores se reproduce el big bang-. El LHC es el acelerador donde más energía se logra conferir a las partículas; el rango de energías que alcanza -7 teraelectronvoltios, o Tev- cubre la energía a la que debe aparecer el Higgs.
El bosón de Higgs es la partícula que explica por qué las demás partículas tienen la masa que tienen. Su existencia es la única predicción del Modelo Estándar no corroborada hasta ahora por los datos, así que lo que hace el LHC, en realidad, es poner a prueba esta teoría física crucial. El Modelo Estándar describe de qué está hecha toda la materia que conocemos, y cómo se ha formado.
Gerard ’t Hooft (Den Helder, Holanda, 1946), premiado con el Nobel en 1999 -junto con su colega Martinus Veltman– por otorgar solidez matemática al Modelo Estándar, explicó el pasado 14 de noviembre en una conferencia en la Fundación BBVA en Madrid, que no detectar el Higgs implicaría que “nuestras teorías ya no funcionan, y han funcionado tan bien hasta ahora que eso es difícil de imaginar”.
Si por el contrario los experimentos del LHC efectivamente cazan el Higgs, no significará que ya no queden más misterios por resolver: “Es muy agradable cuando compruebas que has tenido razón, pero es un paso menor; hay muchos problemas por delante”, ha dicho ’t Hooft. En cualquier caso “habrá muchas novedades antes del final de 2012, y sea cual sea su contenido será emocionante”, señala.
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COSMOLOGÍA CÍCLICA LOCAL (GALÁCTICA)
Siempre quedaría por descubrir cuáles son las propiedades de la forma material QUE SE ONDULA, y qué determina las constantes corrientes de fuerza que ondulan esa forma material (fondo etéreo), mediante tremendas confluencias esferoridales, origen, en defintiva, de las zonas puntuales (partículas primigenias sin radiación) que, por interacción causal y finísima agregación, irán creando las nebulosidades estelares, comienzo, por contracción gravitatoria, de la fenomenología estelar.
Las llamadas fuerza gravitatoria, electromagnética, fuerte y débil serían, SON la minifestación inercial (corriente entrópica), fruto de la tirantez provocada por la tensión de cada nueva zona puntual (partícula primigenia) en conflicto físico con la laxitud del estado básico de la materia (movimiento de punto cero).
Los agujeros negros, habrá defintivamente que admitir, son el tránsito esencialmente, CONTINUO, donde, por ruptura (presión máxima sobre el plegamiento mínimo ondulatorio -longitud de Planck-), la materia (visible), se «gasifica», vuelve a su estado básico inical (movimiento -energía- de punto cero) .