La química del papel plegado

La papiroflexia es el arte japonés basado en el plegado del papel, un arte que se puede asociar no sólo con la idea de entretenimiento, sino también de aprendizaje.

A menudo se asocia la papiroflexia con la habilidad de poder construir curiosas figuras que destacan no sólo por su dificultad u originalidad sino también por su carácter decorativo. Pero cabe destacar que ésta presenta, también, una aplicación didáctica. En el ámbito científico la papiroflexia se puede utilizar en diferentes disciplinas, como en el montaje de figuras geométricas en matemáticas, en la posibilidad de plasmar con papel plegado conceptos biológicos o en la construcción de moléculas en el campo de la química.

Una variante de este arte es la papiroflexia modular, que se basa en poder entrelazar varias unidades iguales de papel plegado y formar estructuras más grandes. Y es precisamente esta particularidad la que, aplicada a la química, permite obtener moléculas que pueden ser una ayuda en el aula para explicar sus propiedades, o ser un claro reclamo en actividades de divulgación de la ciencia.

Unas estructuras con propiedades químicas interesantes que se pueden construir a través de la papiroflexia modular son los fulerenos y los nanotubos, mediante la formación de pentágonos y hexágonos que resultan de la unión de las unidades PHiZZ de Tom Hull (en la página de la Universidad de South Dakota se puede encontrar un documento explicativo). El procedimiento junto con vídeos demostrativos también se muestra en El kit bionanomolecular, una página web que la Universidad de Girona desarrolló con la intención de demostrar que el papel, el barro o los globos podían ser usados ​​para romper la barrera que a menudo existe entre ciencia y sociedad, proponiendo actividades de construcción de moléculas. Así, con dos globos se puede construir un metano o, con tres, se puede incorporar un doble enlace y construir un eteno. Una actividad que si se incorpora en ferias o actividades de divulgación permite a los asistentes conseguir una molécula de creación propia.

Por otra parte, la papiroflexia también fue mencionada en una noticia que publicó hace unos meses la Universidad de Texas, donde se presentaba la posibilidad que un sensor de papel en 3D pudiera probar de manera económica enfermedades como la malaria y el VIH. Este sensor de papel inspirado en la papiroflexia fue creado por los químicos Hong Liu and Richard Crooks.

Ya sea en el campo de la enseñanza, la divulgación o la investigación, hay bastantes ejemplos que demuestran que ciencia y papiroflexia pueden ir unidas para lograr un objetivo común. Y es que construir grandes estructuras ayuda cuando algunos conceptos científicos son percibidos como abstractos y difíciles de entender por presentar características de medidas poco accesibles. La papiroflexia acompañada de una explicación según edades y temario es un punto de encuentro entre entretenimiento y aprendizaje.

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