Qué es un cuásar?
Alberto Fernández Soto
Muchas galaxias (por ejemplo, la nuestra) tienen en su centro un agujero negro con una masa millones de veces mayor que la del Sol. Aunque parezca peligroso, el agujero negro no representa ningún peligro. De hecho, colabora para “mantener el orden” en el movimiento de las estrellas y el gas alrededor del centro de la galaxia. El material que está verdaderamente cerca del agujero negro, sin embargo, a veces acaba cayendo hacia él, formando un disco de material a su alrededor. Debido a su rápida rotación se calienta a millones de grados y emite enormes cantidades de luz en todo el espectro, desde ondas de radio hasta luz visible, rayos X y gamma. Además, en ocasiones fragmentos del disco se desgajan y caen al centro, provocando brotes repentinos e impredecibles de energía. Estas manifestaciones son tan luminosas que superan el brillo de toda la galaxia en que ocurren. Al verlos en la distancia, detectamos objetos en el cielo que emiten enormes cantidades de energía, de modo variable e impredecible, en todas las frecuencias que observamos, y de un tamaño tan pequeño que nos parece puntual. Es lo que llamamos un cuásar, del acrónimo inglés “quasi stellar radio source”, ya que los primeros que se vieron eran potentes fuentes de radio, y tan pequeños que se confundían con estrellas.
¿Cómo se forman los planetas?
Alberto Fernández Soto
Según los modelos que conocemos, las estrellas se forman a partir de grandes masas de gas en rotación. La mayor parte del material cae hacia el centro y da lugar a la propia estrella. Pero otra parte del material, a causa de la rotación, se va depositando en un disco que rodea a la estrella, en una estructura similar a los anillos de Saturno, aunque más grande y más difusa. El material del disco, en su mayoría hielo y polvo, va poco a poco concentrándose a su vez en pequeños glóbulos sólidos que van atrayendo más y más materia según se agrandan. Estos pequeños pedazos de piedra (llamados planetesimales) irán poco a poco uniéndose, a través de innumerables colisiones a baja velocidad, para dar lugar a objetos más y más grandes. Además la propia luz y el calor de la estrella central evaporan poco a poco los restos de gas y polvo, dejando los planetesimales como único resto de la nube original y del disco posterior. Con el tiempo los planetesimales continuarán uniéndose, y producirán una serie de planetas que giran aproximadamente en el mismo plano ecuatorial alrededor de la estrella central.
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