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Midiendo el tiempo gota a gota: las clepsidras

Las clepsidras son relojes de agua que, muy probablemente, fueron inventados en el Egipto faraónico. De hecho, las noticias más antiguas que tenemos de su existencia proceden de un texto jeroglífico hallado en la tumba de Amenemhat (Luxor, Egipto). En dicho texto, Amenemhat se presenta como inventor de lo que él llama merkhyt, una clepsidra diseñada en honor al rey Amenhetep I (1514-1494 a.C.). Si realmente la clepsidra fue su invento, y no sólo una mejora de un instrumento ya conocido, nos encontraríamos con un documento de incalculable valor histórico y científico, pues en él una persona concreta se señala autora de un instrumento horológico que durante milenios sería útil.

Clepsidra de Karnak, siglo XIV a.C.

Clepsidra de Karnak, siglo XIV a.C.

Más allá de este texto, la clepsidra más antigua que se conserva procede también de Egipto (Karnak) y data de la época de Amenhetep III, de la dinastía XVIII. Tallada de un bloque de calcita con forma de cono truncado invertido, Mide 35 cm. de altura, y su diámetro superior e inferior es de 49 cm y 27.5 cm., respectivamente.

El recipiente se llenaba de agua y ésta era evacuada por un pequeño orificio situado un poco por encima de la base del mismo. Doce escalas (para cada uno de los meses del año) marcadas en la pared interior de la clepsidra, estaban señaladas por marcas circulares, de modo que cuando el nivel del agua descendía de una marca a otra quería decir que había pasado una hora. Aunque en la horología egipcia el día se partía por igual en doce horas para lo noche y otras tantas para el día, lógicamente el valor de cada hora varíaba según la estación del año.

Interior de la clepsidra de Karnak. Obsérvense las marcas de las escalas interiores.

Interior de la clepsidra de Karnak. Obsérvense las marcas de las escalas interiores.

Las clepsidras se decoraban en su exterior con motivos astronómicos, calendáricos y rituales. Una decoración similar la hallamos en el techo astronómico del templo funerario de Ramsés II donde, en el registro inferior, aparece la figura de un babuino sobre un pilar djed. El babuino es una forma de Thoth, dios del tiempo y es en esta posición donde en la clepsidra se situaría el orificio que permitiría la evacuación del agua desde el interior. Simbólicamente el mensaje era claro, Thoth controlaba el tiempo.

Sin medios mecánicos, a los egipcios les era muy complicado percatarse que sus clepsidras no definían lapsos de tiempo iguales para cada hora. Así, podemos comprobar cómo en la clepsidra de Karnak las primeras horas son mucho más largas que las últimas, en cada escala.

Dibujo de las escalas interiores, para los doce meses del año.

Dibujo de las escalas interiores, para los doce meses del año.

Un avance técnico que solventó este problema se produjo con el invento de las clepsidras de flujo interior. El ejemplar mejor conservado hallado en Egipto data hacia el año 100 d.C. En éstas, lo que se hacía era llenar el recipiente de agua, por goteo, desde una fuente exterior constante. Por ello, estos relojes tienen una gran ventaja respecto a los de flujo exterior, pues si el aporte de agua era constante, las marcas efectuadas en el interior del cilindro debían señalar las horas con mucha mayor precisión.

Detalle de la decoración exterior de la clepsidra de Karnak.

Detalle de la decoración exterior de la clepsidra de Karnak.

Detalle del techo astronómico de Ramsés II, con el babuíno como director del tiempo.

Detalle del techo astronómico de Ramsés II, con el babuíno como director del tiempo.

Las clepsidras pasaron de Egipto a Europa a través de Grecia y Roma. De hecho, como indica Favorinus, las clepsidras eran utilizadas usualmente en el senado romano “para prevenir las charlas, que como el rayo deben ser breves en sus discursos”. Sólo la introducción y posterior difusión de los relojes mecánicos llevaron al declive de las clepsidras a partir del siglo XVII.

Una clepsidra de flujo exterior.

Una clepsidra de flujo exterior.

 

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3 Responses to Midiendo el tiempo gota a gota: las clepsidras

  1. Beatriz Monerri 25 mayo, 2013 at 8:00 #

    Muy interesante este artículo. Más que un comentario me gustaría hacer una pregunta ¿en qué museo se encuentran actualmente muestras de las clepsidras?
    Muchas gracias.

  2. José Lull 3 junio, 2013 at 17:40 #

    Buenas tardes Beatriz, muchas gracias por tu interés.

    En realidad, son muchos los museos que tienen clepsidras o restos de clepsidras, pero la mejor y más antigua pieza, sin duda, es la clepsidra de Karnak (de la que hay dos imágenes en el texto anterior). Está custodiada en el Museo de El Cairo. Otra conservada por completo, en este mismo museo, es del tipo que denominamos de «flujo interior».

    En el British Museum hay restos de varias, una de ellas de época de Filipo Arrideo. En el Museo Barracco de Roma, otra de Ptolomeo II…

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  1. Clepsidra – ¿Tienes Hora? - 25 mayo, 2017

    […] más información sobre clepsidras… aquí  […]

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