MALEN RUIZ DE ELVIRA– Hace ya 25 años que el filósofo neozelandés James Flynn se dio cuenta de que los resultados de las pruebas rutinarias y estándar de inteligencia indicaban un aumento sostenido a lo largo del tiempo y desde entonces los datos no han hecho más que darle la razón. El cociente de inteligencia (CI) aumenta en cada generación desde principios del siglo pasado aproximadamente 10 puntos cada 30 años. Un adolescente de inteligencia media actual tendría 130 de CI si se trasladara a 1910, mientras que, haciendo el viaje a la inversa, la media sería de solo 70.
Esto se ha comprobado en un buen número de países desarrollados y de países en desarrollo. El aumento se debe sobre todo a mejoras en aspectos concretos que mide el CI, como la resolución de problemas y el razonamiento abstracto. Aunque todavía existen especialistas escépticos, los datos a favor del llamado Efecto Flynn se acumulan.
Steven Pinker aventura la hipótesis de que el comportamiento de la raza humana ha evolucionado hacia una menor violencia en general en las últimas décadas debido precisamente al aumento de la razón ligado a la inteligencia tal como se mide.
Mientras que se han esgrimido múltiples causas para este aumento, sin que exista acuerdo sobre cuál o cuáles son las verdaderas, se han estudiado menos sus consecuencias. Ahora, Steven Pinker, catedrático de Psicología de la Universidad de Harvard, aventura la hipótesis de que el comportamiento de la raza humana ha evolucionado hacia una menor violencia en general en las últimas décadas debido precisamente al aumento de la razón ligado a la inteligencia tal como se mide.
Este aumento se debe, en su opinión, probablemente al incremento en la duración y la calidad de la educación, la extensión de la manipulación de símbolos en el trabajo y en el ocio y la imbricación del razonamiento científico y analítico en la vida cotidiana. Otros especialistas creen que la televisión y los juegos de ordenador también juegan un papel en estos cambios, pero tampoco se puede olvidar la genética, a través del mestizaje. “Si el incremento de estimulación social aumenta la inteligencia de la población ¿qué produce el incremento de estimulación?”, se pregunta el catedrático español Roberto Colom.
Por su parte Pinker, que ha escrito un libro sobre el tema, The Better Angels of our Nature, recuerda las atrocidades antes consideradas normales, fuera y dentro de las guerras, y como el último medio siglo ha visto una evolución positiva sin precedentes en el reconocimiento de los derechos humanos. Frente a otros factores que pueden influir en el comportamiento, como la empatía y la moral, Pinker apuesta por la razón y recuerda a Voltaire: “Aquellos que te pueden hacer creer en cosas absurdas también te pueden llevar a cometer atrocidades”. La razón favorece la no violencia porque el que razona se cuida mejor de sí mismo, recuerda, y también porque este forma parte de una comunidad en la que se combinan los intereses individuales con los colectivos. A más inteligencia (y razón), concluye, menos violencia.
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