Portada del número 72 de Mètode, realizada por el artista Frederic Amat.
Los humanos y las plantas han estado en estrecha relación desde muy antiguo. De este vínculo han surgido conocimientos tradicionales sobre los usos de las plantas, formas de relacionarse con la biodiversidad del entorno, e incluso ha influido en la toponimia y vocabulario locales. La etnobotánica, una ciencia a caballo entre las ciencias naturales y las sociales, se ocupa de estudiar esta relación entre sociedades humanas y plantas.
Éste es el tema central del último número de Mètode, Botánica estimada. Etnobotánica, una ciencia de plantas y personas, está coordinado por el Catedrático de Botánica de la Universidad de Barcelona Joan Vallés Xirau, que nos acerca a los diferentes estudios etnobotánicos sobre los conocimientos y usos populares de las plantas.
Zapatitos de Venus, unas flores especialmente atractivas para los amantes de la naturaleza, que en Sallent de Gállego (Aragón) se han convertido en un auténtico reclamo turístico.
Con la colaboración de diversos expertos en el campo de la etnobotánica, el nuevo monográfico de Mètode presenta diferentes estudios relacionados con la dieta mediterránea y las plantas silvestres, la agricultura tradicional, la biodiversidad y su protección o, incluso, nos descubren plantas protagonistas de turismo botánico, como es el caso de los zapatitos de Venus en Aragón. Esta gran variedad de temas es una muestra clara de los muchos campos que puede llegar a abarcar la etnobotánica.
Cada vez es más evidente la importancia de la etnobotánica por su recuperación de conocimientos locales, un saber popular que es necesario preservar y trasladar a una sociedad cada vez más urbana y desconectada del mundo natural. La profundización en esta materia de estudio permite adquirir conciencia de la preservación y conservación del medio natural y de los paisajes, así como profundizar en la mejora de la administración en temas de biodiversidad y conocimientos tradicionales.
La trencapedra (Herniaria glabra) es una hierba utilizada en la isla de Mallorca como diurético, antiinflamatorio renal y analgésico, entre otros usos.
El monográfico se completa con una entrevista al etnobotánico Lluís Villar, investigador el Instituto Pirenaico de Ecología de Jaca, y uno de los mejores conocedores de la flora de los Pirineos. El científico asegura que «nuestros paisajes tradicionales han perdido sus funciones», y apuesta por recuperar el conocimiento botánico procedente del mundo rural.
Más información: www.revistametode.com
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