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Astronomía

La alineación solsticial de Santa Llúcia en Penáguila: refranes, calendarios y ritos paganos

Penáguila, cubierta de un manto de nieve el 20 de diciembre de 2009 (foto de José Lull).

En Penáguila (Alicante) (fig. 1), cuenta la tradición oral que el día de Santa Lucía, 13 de diciembre del santoral, el Sol penetra la montaña por el Arc de Santa Llúcia iluminando parte del pueblo, favoreciendo la fertilidad y concepción de las mujeres que quedaran expuestas a sus rayos.

Cuando empecé a investigar sobre el tema en 2008, esperaba encontrar un caso arqueoastronómico similar al de la alineación solar de la Foradà en la Vall de Gallinera, que había estudiado tres años antes. Sin embargo, Santa Lucía (fig. 2), martirizada en el año 304 bajo Diocleciano, no tiene presencia en el repertorio de festividades religiosas de Penáguila, ni una dedicación en su iglesia o en cualquier otro edificio cristiano que pudiera haber en el lugar. Entonces, ¿por qué se asocia la alineación solar con Santa Lucía?

Figura 02: Santa Lucía. Obra Domenico di Pace Beccafumi, Escuela de Siena, siglo XVI (Pinacoteca Nazionale di Siena).

Muchos refranes, transmitidos desde hace siglos, guardan observaciones concretas sobre las estaciones, la naturaleza, etc. Citaré algunos, a los que dividiré en tres grupos para hacerlos más comprensibles. Dentro de los de origen castellano tenemos un primer grupo A: “por Santa Lucía, el más corto de los días” o “por Santa Lucía, la más larga noche y el más corto día”. Otros refranes, que incluiré en el grupo B, dicen: “por Santa Lucía, achican las noches y agrandan los días; primero a tumbo de piojo; después, a paso de gallina” o, en el refranero valenciano el conocido “per Santa Llúcia (13 diciembre) un pas de puça, per Nadal (25 diciembre) un pas de pardal, per Sant Esteve (26 diciembre) un pas de llebre, per Sant Antoni (16 enero) les cinc amb Sol, per Sant Vicent de la Roda (22 enero) allarga el día un hora”. Finalmente, en el grupo C, podría incluir: “llegando Santa Lucía un palmo crece el día”.

Si nos fijamos, los refranes del grupo A nos describen el momento del solsticio de invierno coincidente con el día de Santa Lucía, mientras que los del grupo B y C se refieren, como es obvio, al comienzo del alargamiento del día tras el solsticio de invierno. Entonces, ¿por qué el refrán valenciano dice “per Santa Llúcia un pas de puça” (es decir, por Santa Lucía comienza a alargar el día) si el día de Santa Lucía es anterior al solsticio de invierno y, por tanto, los días aún siguen acortándose y no alargándose? ¿Cómo podemos explicar esto si Santa Lucía se celebra el 13 de diciembre, 8 días antes del solsticio de invierno? La respuesta a estas preguntas es esencial para comprender el origen de la alineación solar de Santa Lucía en Penáguila así como la tradición de la fertilidad a ella vinculada.

El juliano era un calendario de 365 días al que se añadía un día extra cada cuatro años (haciendo medias de 365,25 días por año). Pero dado que el año solar (el que verdaderamente rige las estaciones) es de 365,242189 días, con el tiempo se hacía evidente el desfase entre ambos. Por ello, el Papa Gregorio XIII decidió en el año 1582 modificar el calendario juliano, inaugurando nuestro calendario actual, el gregoriano.

Desde la instauración del calendario juliano por Julio César hasta el primer concilio de Nicea en época del emperador Constantino, el desfase acumulado de este calendario respecto al año solar ya llegaba casi a los tres días. Por ello, el solsticio de invierno que en época de Julio César tenía lugar el 24 de diciembre, en el año 325 ya sucedía el 21 de diciembre, y bajo Gregorio XIII el 11 de diciembre.

Es ahora el momento de recordar nuestros refranes. Los refranes del grupo A se originaron en la época en la que el día de Santa Lucía coincidía con el solsticio de invierno. Esto sucedió en el siglo XIV. Posteriormente, aún a pesar de que el desfase continuó y que el día de Santa Lucía ya no coincidiría más con el del solsticio esto permaneció en la memoria colectiva. Sin embargo, un refrán del grupo B (como “per Santa Llúcia un pas de puça”) tuvo su origen en el siglo XV, cuando el día de Santa Lucía se producía muy poco después del solsticio de invierno. En un refrán del grupo C (como “llegando Santa Lucía un palmo crece el día”) el desfase acumulado ya había provocado que el día de Santa Lucía más tarde, haciéndose evidente el alargamiento del día, lo que nos lleva al siglo XVI, justo antes de la reforma de Gregorio XIII.

Figura 03: El Sol, acercándose al Arc de Santa Llúcia de Penáguila, el 20 de diciembre de 2009 (foto de José Lull)

Como hemos visto, los refranes referidos al día de Santa Lucía han dejado fosilizado su origen gracias al desfase del año juliano respecto al año solar. Ahora bien, ¿qué tiene esto que ver con la alineación solar de Penáguila? La solución la tenemos ya en nuestra mano. Se dice que las mujeres que quisieran favorecer su embarazo se exponían a los rayos de Sol que atravesaran el Arc de Santa Llúcia (fig. 03) en el día de Santa Lucía. Estamos ante un rito de fertilidad y regeneración absolutamente evidente, comparable al que, de muy diversas maneras, ha sido desarrollado en otras culturas coincidiendo con el solsticio de invierno.

En mi opinión, la tradición penaguilera que ha llegado hasta la actualidad tuvo su origen en el momento en que en el solsticio de invierno (necesariamente coincidiendo con el día de Santa Lucía) el Sol atravesaba el arco de piedra que, desde entonces, también debió recibir el nombre de Arc de Santa Llúcia (fig. 04). Por tanto, debe remontarse al siglo XIV o, como máximo, incluso a finales del siglo XIII, pues sabemos que en 1278 el rey Pedro III de Aragón concedió la carta puebla a Penáguila. Sin embargo, la tradición del rito de la fertilidad solsticial en Penáguila podría ser mucho más antigua, pues la exposición al Sol no es un rito cristiano sino pagano y, como tal, podría ser anterior a la repoblación cristiana de Penáguila.

Figura 04: El Sol desapareciendo por encima del arco en diciembre de 2008 (foto de José Lull).

Observación de la alineación
En resumen, aunque la tradición oral hable del Sol de Santa Llúcia (13 de diciembre), la alineación original es la del solsticio de invierno (21 de diciembre), que es la que actualmente debería ser celebrada. No obstante, dado que el desplazamiento del Sol es tan lento en el solsticio el fenómeno puede observarse sin problema tanto en una como en otra fecha (fig. 05).

El punto de observación ideal que seleccioné para el solsticio invernal (calle P. Valenciano de Penáguila), está a unos 600 metros del arco y a 92 metros al SO de la entrada medieval de Penáguila, extramuros. Desde allí el arco tiene un tamaño de 36’ x 10’, por lo que su eje mayor tiene un tamaño aparente algo mayor al del Sol (33’).

Figura 05: Alineación solar del Arc de Santa Llúcia el 20 de diciembre de 2009 (foto de José Lull).

Durante el solsticio de invierno, estos son los tiempos aproximados de la alineación para cualquiera que se sitúe en el punto de observación. Previamente, a las 15h 56’ 20” el Sol desaparece por última vez por detrás de la montaña antes de volver a aparecer dentro del Arc de Santa Llúcia. A las 15h 58’ 30” el Sol entra en el arco por el extremo izquierdo; a las 16h 01’ 15” está completamente dentro del arco y pueden verse los dos extremos del disco durante unos 20”; a las 16h 01’ 28” el disco solar contacta con el extremo derecho del arco, y a las 16h 03’ 28” vemos el último destello del Sol antes de desaparecer. Es decir, durante 5 minutos el disco solar va recorriendo el interior del Arc de Santa Llúcia (si la observación se realiza el día de Santa Lucía el fenómeno se adelanta unos tres minutos).

Desde que publiqué mi estudio en 2009, la alineación solar de Penáguila (del mismo modo que ocurriera con la de la Foradà en la Vall de Gallinera) se ha convertido en un importante reclamo turístico (fig. 06) al que en los últimos años se ha hecho coincidir La Fira de Santa Llúcia (que en 2017 se celebrará los días 16 y 17 de diciembre). Animo a todos los interesados a que vayan a Penáguila a disfrutar de su historia, sus monumentos, su gastronomía y esta bella alineación.

Figura 06: Observando la alineación solar, en Penáguila, el 20 de diciembre de 2009 (foto de José Lull).


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